Como decirle a mi mamá que estoy embarazada

Publicación automática desde blogger para facebook y otros sitios de la red.
Gracias por tu visita.

Estoy embarazada. Me cuesta tanto decírtelo que decidí hacerlo por escrito...

Hace unos días que me habrás notado rara, distante, triste, evasiva. Sé cuánto me quieres y que sólo quieres mi felicidad y que confíe en ti. Y es por esto que me he animado a decirte lo que traigo dentro.

Antes quiero darte las gracias. Porque es gracias a ti que existo. Cuando supiste que estabas esperándome, te habrás ilusionado con una hija, y habrás preparado por meses mi llegada, Por eso, cuando nací, me sentí rodeada de cariño desde el inicio. Y cuánto debo agradecerte la generosidad que tuviste al querer recibirme. Y no sólo me recibiste al nacer, sino has estado siempre a mi lado, ayudándome, aconsejándome, queriéndome y exigiéndome, lo que demuestra cuánto te interesa mi bien.

Esto que viviste hace … años, yo lo siento ahora. Estoy embarazada. Me cuesta tanto decírtelo que decidí hacerlo por escrito. Tú sabes lo que se siente por este gran cambio en mi vida: TODO ES CAMBIO!!!

Me siento tan confundida y perdida, pues, obviamente no es el momento para ser mamá. Es obvio que no estoy preparada, y que no es la circunstancia ideal, pues no tengo ni la edad, ni la madurez, ni el ambiente para recibir un hijo, ni siquiera sé si me quiero casar con ….

Pero lo que sí tengo claro es que no quiero cometer doble error. Ya me quedé embarazada fuera de momento. Creí lo que todos dicen: que “no pasa nada”, que “con la pastilla no se corre ningún riesgo”, que “ya me conocía y que sabía cuándo podía o no tener relaciones”. Sí, mamá, no soy la niña inocente que creías, conozco más de lo que crees sobre estas cosas, perdón si no te lo había dicho antes, pero esto no es cosa de una “patinada” de una noche, es cosa de mucho tiempo atrás.
Cómo podría haberlo evitado... ya me lo dirás. Pero lo que ahora me preocupa, y por lo que no dejo de llorar y angustiarme es por el futuro, por lo que se viene por delante. Ya metí la pata una vez, no quiero meterla una segunda haciendo algo contra el bebé que tú y yo sabemos que tengo en mí, y que ahora quiero asumir como una vida que depende de mi. Quisiera creer que es un grupo de células, que no es vida aún, que tengo chance de hacer un lavado o una cirugía…pero mi conciencia me lo dice clarísimo: cualquier acción contra el bebé es un aborto, y que es mi hijo, es una vida y soy la única que puede protegerla.

Necesito mucho tu compresión. Ahora no me regañes, ya bastante me pesa mi conciencia y mi propio dolor. Lo que necesito ahora es compasión, es ayuda, es soluciones, que me abran las ventanas de mi corazón, ahora cerrado, con miedo y triste…

¿Qué hago para llevar adelante el embarazo, sin que me afecte tanto mi vida?

-Opción 1: Soy una niña, no sé qué hacer ni me siento preparada para ser mamá ahora, pero no soy capaz de abortarlo, me muero tener toda mi vida el recuerdo de un hijo muerto al que no quise darle la oportunidad de vivir. Si tú me ayudas, puedo tenerlo y darlo en adopción en un centro en que tenga la certeza que lo van a cuidar y entregar a una mamá que lo quiera mucho. Y yo rezaré toda mi vida por ese hijito que tal vez no conocí pero que al menos permití nacer. Esto me haría feliz y me daría la paz que tanto quiero.

-Opción 2: Con Fulano ya pensábamos casarnos. Creo que apresurar la boda por quedar bien en la sociedad no viene al caso, todo el mundo se enterará igual, me vale, nos preparamos bien, mientras nace el bebé, y luego nos casamos. Ya lo hablé con él y me apoyará. Sabe que este hijo es de los dos, y vamos a asumirlo.

Lo único que te pido ahora es tu apoyo. No te pido que me felicites, sé que no estuvo bien. Tampoco que me culpes o te culpes, fue un acto libre mío, habrán las razones que tú y yo sabemos, pero lo que ahora quiero es saber que cuento contigo y que salgamos adelante.

Mamita, llorando te lo digo. Gracias por entenderme.

Ahora necesito tu apoyo para decírselo a papá. Tú sabes como llegarle. O pensé que le dieras esta carta, y ya que la lea y la digiera, hablamos calmados.
Tu hija que te quiere

Autor: Susana Barroilhet  | Fuente: Catholic.net

Comentarios

Entradas populares